Cuando una persona necesita hacer uso de la Unidad del dolor, ya no hay solo un daño físico, sino también emocional, y este el punto en el que me encontraba cuando me puse en manos del doctor Justo Fernández Toro. Años y años de dolor y muy poca esperanza de mejorar, pero el doctor Justo y su ayudante Pablo fueron la luz que cambió mi vida. Sus manos, su coraje, su paciencia, su empatía y las ganas de ayudarme a recuperar parte de lo que ya había perdido. Jamás se rindieron y siguen buscando la forma de ayudarme en lo que aún puede que mejore todavía más. Les estaré eternamente agradecidos.
Response from the owner:Muchas gracias Begoña por tomarse tiempo en dejar esta reseña tan positiva sobre el Dr. Fernández Toro y equipo! Nos alegra saber que ha tenido una experiencia satisfactoria en nuestra clínica Saludos