Fibromialgia: el dolor invisible que sí tiene explicación

La fibromialgia sigue siendo una de las enfermedades más difíciles de diagnosticar y, al mismo tiempo, más incomprendidas. Afecta principalmente a mujeres y suele tardar años en identificarse. Hablamos con el Dr. Jorge Orduña para aclarar las claves del diagnóstico, desmontar mitos y explorar opciones de tratamiento eficaces para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Por qué cuesta tanto diagnosticar la fibromialgia?
A diferencia de otras enfermedades, la fibromialgia no deja huella en análisis de sangre ni en pruebas de imagen. Esto puede generar frustración tanto en los pacientes como en los profesionales de la salud. El diagnóstico se basa en criterios clínicos, experiencia médica y en descartar otras causas de dolor crónico generalizado, lo que requiere una mirada global y sensible. Además, la falta de reconocimiento histórico ha dificultado su visibilidad en el sistema sanitario.
Mitos frecuentes: más daño que ayuda
Uno de los errores más comunes es pensar que la fibromialgia “no existe” o que es “solo psicológica”. Aunque los factores emocionales pueden influir, eso no niega que exista una base neurofisiológica clara. Las personas con fibromialgia presentan una sensibilidad aumentada al dolor debido a alteraciones en el procesamiento sensorial. Otro mito dañino es que los pacientes exageran. En realidad, el dolor es real, constante y afecta de forma generalizada.
¿Qué ocurre cuando al paciente no se le cree?
La falta de credibilidad médica y social genera consecuencias profundas: ansiedad, tristeza, aislamiento y un empeoramiento del estado general. Validar al paciente, escuchar su historia y ofrecerle información clara tiene un impacto terapéutico real y positivo.
¿Existe un perfil común entre quienes sufren fibromialgia?
No hay una “personalidad fibromiálgica” como tal, pero sí se observan rasgos compartidos en muchos pacientes: personas autoexigentes, responsables, con gran sensibilidad emocional y que han vivido situaciones prolongadas de estrés. Estos rasgos no causan la enfermedad, pero pueden influir en su evolución y en cómo se afronta el dolor.
Impacto laboral: una realidad poco visible
La fibromialgia afecta directamente al rendimiento profesional. El dolor crónico, la fatiga y las dificultades cognitivas pueden provocar absentismo o incluso pérdida del empleo. Por eso, es necesario hablar de adaptaciones laborales, horarios flexibles y del reconocimiento oficial de esta condición como causa de discapacidad parcial.
Nuevos enfoques terapéuticos: hay esperanza
Aunque actualmente no existe una cura definitiva, sí hay herramientas efectivas para mejorar la calidad de vida. Algunos de los tratamientos emergentes que están dando buenos resultados incluyen:
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Ejercicio físico personalizado y adaptado
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Técnicas de mindfulness y manejo del estrés
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Psicoterapia con enfoque en el dolor crónico
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Educación en neurociencia del dolor
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Enfoques multidisciplinares
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Neuroestimulación en casos seleccionados
El abordaje debe ser individualizado y centrado en la persona, con una visión integradora de su situación física, emocional y social.
Sensibilización central: la clave neurológica del dolor
Las personas con fibromialgia presentan un fenómeno conocido como sensibilización central, en el que el sistema nervioso amplifica señales normales, interpretándolas como dolorosas. Esto explica por qué se percibe dolor sin que existan lesiones visibles: el origen está en cómo el cerebro y la médula espinal procesan la información sensorial.
Estrés como desencadenante
Aunque no es la causa única, el estrés sostenido es un factor que puede actuar como desencadenante en personas predispuestas. Alteraciones del sueño, traumas emocionales o sobrecarga mental pueden contribuir a activar este estado de hipersensibilidad.
Infradiagnóstico: una situación preocupante en España
En nuestro país, muchas personas siguen sin diagnóstico, a menudo tras años de peregrinaje médico. Esto se debe a varios factores: escasa formación específica sobre dolor crónico, sobrecarga en la atención primaria, falta de unidades especializadas y una visión fragmentada de los síntomas del paciente.
Un mensaje para quien acaba de recibir el diagnóstico
El Dr. Orduña lo resume en una frase que puede marcar el inicio de una nueva etapa:
“Tu dolor es real, no estás solo y hay caminos para mejorar.”
Buscar información fiable, mantenerse activo dentro de las posibilidades y rodearse de profesionales con formación específica puede suponer un gran cambio en el pronóstico y bienestar.
Doctor Jorge Orduña
Director Médico MIVI Salud y Doctor en MIVI Valencia