Qué es la neuroestimulación para el dolor

Es una terapia avanzada para el tratamiento de cuadros que cursan con dolor de difícil solución. Gracias a dispositivos parecidos a los marcapasos del corazón conseguimos mediante electricidad estimular estructuras del sistema nervioso y así aliviar el dolor de diferentes orígenes. El sistema de neuroestimulación consta de uno o varios cables llamados electrodos que unidos a una batería permiten la estimulación de la médula o de los nervios periféricos. Este circuito permite modular la transmisión del dolor desde la médula hasta otras áreas del sistema nervioso central y así reducir la cantidad de dolor que percibe el paciente.

Neuroestimulación MIVI

Para qué patologías está indicado

Para qué patologías está indicado el tratamiento por neuroestimulación:

  • Síndrome de espalda fallida: es el dolor que tienen los pacientes tras ser operados de columna. Se puede aliviar tanto el dolor de la región de la columna (ya sea cervical/ dorsal o lumbar) como el dolor radicular (ciática / hormigueo en brazos…).
  • Dolor en pacientes con neuralgia post-herpética:es el dolor que presentan aquellos pacientes en los que los síntomas del herpes zoster se han hecho crónicos.
  • Dolor tras cirugía de rodilla: es el dolor que tienen aquellos pacientes operados de prótesis de rodilla en los que el dolor persiste o incluso es de mayor intensidad.
  • Dolor neuropático en pacientes tras tratamientos con quimioterapia: algunas formas de quimioterapia tienen como efecto adverso la producción de cuadros de dolor neuropático en forma de hormigueos, descargas eléctricas, adormecimiento que generalmente se presentan en miembros superiores e inferiores. Son cuadros de dolor que se cronifican y que causan dolor a los pacientes que han sobrevivido al cáncer.
  • Cuadros de dolor posquirúrgico (tras cirugía de pulmón, tras amputaciones…).
  • Síndrome de dolor regional complejo: permite alivio de este grupo de pacientes aquejados de dolor de difícil control.
  • Isquemia arterial crónica:es el dolor que se produce por la falta de riego en las piernas. Con esta terapia se observa una mejoría y alivio para estos pacientes.

El procedimiento

Para aplicar correctamente este tratamiento y obtener la eficacia que puede proporcionar será imprescindible un correcto diagnóstico y valoración del paciente. Para ello es fundamental la visita médica, en ella el doctor hará preguntas concretas que acompañadas a la exploración física y evaluación de las pruebas complementarias permitirán determinar con más precisión cuál o cuáles son las causas del dolor.

La implantación tiene varias fases:

Fase de prueba

1-2 días en los que, habitualmente bajo régimen de hospitalización de un día, se introducen los cables en el espacio epidural (o vecino a un nervio si es un estimulador periférico). Generalmente se realiza con anestesia local apoyado con grados diversos de sedación (ya sea consciente o profunda) porque para colocar el electrodo en el lugar idóneo del sistema nervioso se necesita la colaboración del paciente. Será esta guía del paciente la que permitirá asegurar que el sistema de electrodos está en el lugar idóneo.

Fase de evaluación

10-20 días en los que el paciente llevará los cables desde el espacio epidural hasta el exterior a una pila externa que dará la energía para los estímulos. En esta fase el paciente evaluará la efectividad del tratamiento y deberá especificar la capacidad del sistema de aliviar cada una de las formas de dolor que presenta. Es importante seguir las pautas del doctor, limitar la actividad para que los electrodos no se muevan y extremar la limpieza ya que los electrodos estarán expuestos al exterior y conectados a una batería externa. En esta fase el objetivo será evaluar que el tratamiento es capaz de aliviar al menos el 50% del dolor.

Fase final

Si el paciente experimenta un alivio mayor al 50% de su dolor, se realiza el implante del generador subcutáneo. Se suele realizar en régimen ambulatorio (sin hospitalización).

Eficacia

Con el tratamiento mediante neuroestimulación buscamos maximizar la reducción del dolor en más de un 50%.
Tras un mes, el paciente iría experimentando esta reducción y, aunque no abordamos directamente la causa que produce el dolor, habría una mejoría muy considerable. Recomendamos que el paciente acuda a profesionales tales como rehabilitadores o fisioterapeutas para reforzar el área lesionada.

+50%en la mayoría de los casos

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