Cómo mantener el dolor alejado de nuestra mente
El dolor crónico puede suponer un gran impacto en nuestra vida, especialmente si su intensidad es alta y si es frecuente o constante. El daño físico que puede ocasionar, va ligado también al daño psicológico y emocional que surge al ver cómo nuestras actividades pueden reducirse, y cómo nuestro día a día se ve afectado.
El estrés ocasionado por el dolor crónico puede alterar nuestras emociones, incrementando la misma sensación de dolor, y agravando una situación ya de por sí negativa. Ante esto, existen algunas recomendaciones avaladas por la American Psychological Association, que ponen especial énfasis en mantener nuestra mente lo más alejada posible del dolor.
Esto, que sin duda es mucho más fácil de decir que de hacer, implica que el tratamiento del dolor incluya a profesionales de la psicología para que puedan ayudar al paciente a mejorar en este aspecto, y así conseguir mejorar su calidad de vida.
Distraer al dolor
La IASP (International Association for the Study of Pain), actualizó su definición sobre el dolor el pasado año 2020. La versión revisada mantiene los factores psicológicos en la ecuación, así como los biológicos y los sociales. El dolor es «una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada con daño tisular real o potencial». Por lo tanto, cada persona puede experimentar el dolor de una forma concreta y puede ver su vida afectada de forma diferente a otra.
Al margen de los diferentes tratamientos que podamos seguir, siempre bajo la supervisión de un profesional del dolor por supuesto, existe un fuerte componente psicológico que no debemos descuidar.
Ante las limitaciones físicas que puede acarrear el dolor crónico, y la situación de estrés y afectación emocional que esto podría causar, hay que conseguir que este no se convierta en el centro de nuestra vida. Esto puede conseguirse mediante la intervención psicológica, como ya hemos hablado anteriormente en Vivir sin Dolor en un artículo publicado por la Lda. Carolina Franceschi.
Desviar la atención hacia actividades o pensamientos que nos alejen del dolor es una de las estrategias más comúnmente utilizadas controlar el dolor. Cada persona puede encontrar alguna actividad o forma de mantener su mente ocupada, de forma que el dolor no esté presente también en nuestros pensamientos.
Estas son algunas de las cosas que podremos hacer para mantener nuestra mente ocupada:
- Escuchar música
- Leer
- Escribir
- Hacer deporte (siempre bajo supervisión médica para no agravar el dolor)
- Dibujar
- Jugar a algo (videojuegos, juegos de mesa, cartas…)
A menudo, la sensación de dolor consigue que perdamos las ganas de hacer cosas que nos gustan. Lo importante es hacer algo que consiga apartar de nuestra mente al dolor, que nos haga disfrutar, y que nos entretenga. El principal objetivo, como no puede ser de otra manera, es mejorar la calidad de vida de la persona que sufre dolor y recuperar aquello que nos hace felices.
En MIVI somos conscientes de la complejidad que supone el tratamiento del dolor, y por eso nos centramos en todos los aspectos que pueden influir, incluyendo el psicológico. Esto lo hacemos gracias a un equipo multidisciplinar compuesto por profesionales especialistas en varias áreas relacionadas con el dolor. Si necesitas más información puedes ponerte en contacto con nosotros, o concertar una cita.