Cómo tratar el dolor neuropático: guía para pacientes

El dolor neuropático es un tipo de dolor muy particular, diferente al dolor que sentimos cuando nos golpeamos o nos lesionamos. En este caso, el dolor se produce por un daño o mal funcionamiento en el sistema nervioso, ya sea a nivel de los nervios periféricos o del sistema nervioso central (cerebro o médula espinal). Muchas personas que lo padecen lo describen como un dolor “eléctrico”, “ardiente”, con sensación de pinchazos, hormigueo, entumecimiento o incluso como si la piel estuviera extremadamente sensible al tacto. Puede ser constante o aparecer en forma de crisis, y a menudo interfiere con el sueño, la concentración y el estado de ánimo.
Es un dolor difícil de asimilar y que ocasiona una gran limitación a los pacientes. Tiene una prevalencia alrededor del 7% de la población general y casi un tercio de pacientes con dolor crónico lo padecen.
¿Cuáles son las causas del dolor neuropático?
- La Neuropatía diabética: daño en los nervios por niveles altos de glucosa en sangre. Es muy frecuente y una causa indirecta del pie diabético y de las amputaciones que se producen en estados avanzados de esta complicación de la diabetes.
- Herpes zóster: Comúnmente llamado “culebrilla” por los pacientes, puede causar una complicación llamada neuralgia postherpética que ocasiona dolor neuropático en la zona nerviosa afectada por el herpes aunque haya desaparecido la lesión de la piel.
- Lesiones de médula espinal, cerebro o nervio periférico: como en el caso de un accidente cerebrovascular o un traumatismo.
- Polineuropatía post-quimioterapia o neuropatía post.-radioterapia. Los tratamientos para el cáncer han aumentado mucho la supervivencia al mismo pero estamos viendo muchas más complicaciones derivadas de los tratamientos como son este tipo de neuropatías.
¿Cómo se trata el dolor neuropático?
El tratamiento del dolor neuropático requiere un enfoque especial, ya que los analgésicos comunes (como el paracetamol o los antiinflamatorios) suelen ser poco efectivos en este tipo de dolor. Por eso, se utilizan medicamentos y terapias específicas que actúan sobre los nervios y el cerebro.
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Medicamentos específicos para el dolor neuropático
- Antidepresivos (como la amitriptilina o la duloxetina): no se usan solo para tratar la depresión, sino porque actúan sobre ciertos neurotransmisores que modulan el dolor.
- Antiepilépticos (como la gabapentina o la pregabalina): ayudan a reducir la actividad excesiva de los nervios dañados.Opiaceos, mayores o menores según la intensidad del dolor que se padezca.
El problema de los tratamientos orales es que tardan bastante tiempo en ser efectivos y eso reduce mucho la “adherencia” al tratamiento. Hay que entender bien como va a ser la evolución del dolor según el tratamiento que se elija.
También existen tratamientos tópicos como los parches de lidocaína, que pueden calmar el dolor localizado o los parches de Capsaicina que se trata de una sustancia derivada del chile picante que puede reducir el dolor neuropático localizado en tratamientos a largo plazo.
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Terapias físicas y rehabilitación
Encaminadas a reducir la rigidez y ayudar a que el sistema nervioso se recupere o se adapte.
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Tratamiento psicológico:
Vivir con dolor crónico, especialmente uno tan difícil de explicar como el neuropático, puede generar estrés, ansiedad, insomnio y depresión. Es fundamental contar con este enfoque para el tratamiento a largo plazo.
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Tratamientos avanzados intervencionistas
La Neuromodulación: técnicas más avanzadas como los bloqueos nervioso, el tratamiento con radiofrecuencia pulsada, la terapia PENS u otras que requieren la colocación de dispositivos para modular la señal del dolor.
¿Qué puede hacer el paciente?
El paciente debe siempre formar parte activa de su tratamiento. A tal fin aquí dejamos algunos consejos prácticos:
- Llevar un registro del dolor: anotar su intensidad, duración y factores que lo empeoran o alivian.
- Tomar la medicación como se indica: no abandonar el tratamiento si no se ven resultados inmediatos.
- Comunicar los síntomas y efectos secundarios al médico responsable.
- Mantenerse activo dentro de las posibilidades del paciente: el reposo prolongado suele empeorar el dolor.
- Cuidar la salud emocional: hablar con otros pacientes, participar en grupos de apoyo o recibir ayuda psicológica puede marcar la diferencia.
- El dolor neuropático es complejo, pero el paciente no está solo ni sin opciones. Con el diagnóstico adecuado, un tratamiento personalizado y un enfoque integral, muchas personas logran reducir su dolor, mejorar su estado de ánimo y recuperar su calidad de vida.
Si crees que tu dolor puede ser de tipo neuropático, habla con tu médico o consulta con una unidad especializada en tratamiento del dolor. Cuanto antes se actúe, mayores serán las posibilidades de encontrar alivio y mejorar tu bienestar.
Doctor Enrique del Cojo
Director Médico MIVI Cáceres