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Contracturas musculares, ¿Qué son y cómo puedo evitarlas?

Contracturas musculares, ¿Qué son y cómo puedo evitarlas?

Es muy probable que alguna vez hayas sufrido dolor debido a las contracturas musculares. De hecho, las contracturas musculares son muy comunes por distintos motivos, entre los que destacan la falta de actividad física y la repetición de un mismo movimiento durante periodos prolongados. Las situaciones de estrés o de tensión pueden contribuir a que se manifiesten.

¿Qué es una contractura muscular?

Se entiende como contractura muscular la contracción involuntaria de un músculo o de parte de este. La zona afectada se endurece a causa de la hipertonía de las fibras musculares, provocando dolor y llegando a limitar la movilidad en gran medida. Si la contractura es importante, se podrá palpar e incluso observarla a simple vista. Según su causa o mecanismo lesional se pueden clasificar en:

Contracturas posturales

Son las más habituales en personas que realizan su actividad frente a una pantalla, o pasan largas jornadas en una misma posición o realizando movimientos poco naturales. Su formación es lenta y progresiva, y aunque no suelen ser muy dolorosas, si que resultan muy molestas y tienen un impacto negativo significativo en la calidad de vida de la persona que las sufre. Las contracturas posturales más habituales se suelen dar en la zona cervical y torácica.

Contracturas postraumáticas

Se producen tras un impacto o traumatismo como respuesta natural del organismo para tratar de proteger zonas sensibles. El cerebro genera un estímulo que activa la musculatura adyacente a la zona que ha recibido el impacto a modo de protección. Suelen provocar un intenso dolor que disminuye rápidamente en dos o tres días según ubicación y la intensidad del traumatismo. También se las conoce como contracturas defensivas.

Contracturas por hipotonía o espasmos musculares

Son las contracturas que se acostumbran a manifestar con la práctica deportiva. El músculo se contrae para evitar la rotura fibrilar cuando realizamos una actividad intensa a la que nuestros músculos no están habituados. La contracción muscular acostumbra a ser de corta duración y suele ceder con reposo. 

Contracturas por deshidratación

Las fibras musculares requieren de una gran cantidad de agua y glucosa para realizar sus funciones motoras. En situaciones de deshidratación, es habitual que se contraigan provocando dolor y discapacidad funcional. Estas situaciones son más frecuentes en épocas calurosas y pueden ser especialmente graves en personas de edad avanzada, por lo que es recomendable ofrecerles agua, aunque no manifiesten la necesidad de beber. La fruta es un alimento que contiene mucha agua (además de vitaminas y minerales) y que te ayudará a reducir el riesgo de deshidratación.

¿Cómo prevenir las contracturas musculares?

Como en tantas otras cosas, la mejor forma de evitar las molestias y el dolor que provocan las contracturas es la prevención. Te dejamos algunos consejos para prevenirlas y, posteriormente, hablaremos de como tratarlas en el caso de que ya te estén afectando:

Adopta una correcta higiene postural

Sea cual sea la actividad que realices, una correcta higiene postural es de vital importancia para evitar contracturas musculares. Si trabajas sentado, trata de mantener la espalda erguida y formando un ángulo de 90º con tus muslos. Te puede resultar útil leer nuestra publicación sobre el sedentarismo y sus consecuencias.

La correcta manipulación de cargas es otro de los aspectos importantes a tener en cuenta. Flexiona las rodillas y mantén alineada la columna para agacharte. Al levantarte con la carga, son los muslos los que deben realizar el esfuerzo y no la espalda.

En los últimos años, han aumentado el número de contracturas cervicales debidas al abuso de los teléfonos móviles. Pasar largos periodos de tiempo mirando la pantalla del dispositivo, resulta perjudicial para la musculatura cervical, ya que la inclinación de la cabeza causa la curvatura de la columna, y la musculatura cervical se resiente.

Realiza un calentamiento previo

El calentamiento adecuado prepara la musculatura para afrontar la actividad a realizar. Activar la musculatura de forma progresiva reduce considerablemente el riesgo a sufrir lesiones y posibles contracturas. Puedes saber más leyendo nuestro artículo sobre calentamientos básicos.

Evita los movimientos repetitivos

A menudo es más fácil decirlo que hacerlo. Dependiendo de la actividad laboral que realices, es posible que te veas obligado a realizar los mismos movimientos día tras día. Si es el caso, asegúrate de aprovechar los descansos para cambiar de postura y realiza estiramientos. Siempre es mejor prevenir que curar.

¿Cómo tratar las contracturas musculares?

Existen distintos métodos para reducir progresivamente las molestias y el dolor asociados a las contracturas musculares. Desde técnicas de quiromasaje, pasando por la manipulación vertebral u otras como la electroterapia. Pero lo que le funcionó a otra persona es probable que no funcione en tu caso particular, ya que la zona afectada y el tipo de contractura muscular puede ser muy distinta en ambos casos. Lo ideal es hacer una evaluación previa para obtener el mejor tratamiento personalizado.

En Instituto Aliaga somos expertos en el tratamiento del dolor. Nuestro un equipo de profesionales abordará tu caso concreto mediante un enfoque holístico y multidisciplinar para que recuperes cuanto antes tu movilidad y calidad de vida. Si sufres dolor o tienes alguna duda sobre nuestros tratamientos, ponte en contacto con nosotros o concierta una cita llamando al +34 935 952 910.

Referencias: