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El Dolor Crónico y la Mujer: Un Desafío Silencioso en España

El Dolor Crónico y la Mujer: Un Desafío Silencioso en España

El dolor crónico es una carga significativa para millones de personas en todo el mundo, pero para las mujeres, este desafío puede ser aún más complejo. La prevalencia es aproximadamente del 30% en las mujeres y en hombres de un 21%. Esta situación, especialmente en la mujer, puede generar una falta de oportunidades sociales, desigualdades y exclusiones que son potenciadas por la brecha educacional, laboral y económica relacionada con el género. Esta situación justifica la necesidad de profundizar en el conocimiento del desarrollo del dolor crónico y sus mecanismos bio-psico-sociales con un análisis más concreto de su impacto en términos de salud pública y oportunidades. Desde diferencias biológicas hasta desigualdades en la atención médica, el dolor crónico afecta en mayor medida a las mujeres, es por este motivo, que desde hace unos años se han ido creando diferentes grupos de trabajo para estudiar mejor la relación entre mujer y dolor, las guias SAGER (Sex and Gender Equity in Research) por ejemplo, proponen la incorporación equitativa del sexo y del género en la investigación médica

La Prevalencia del Dolor Crónico en las Mujeres

Según estudios recientes, las mujeres tienen una mayor prevalencia de dolor crónico en comparación con los hombres. Esto se debe en parte a diferencias biológicas, como la sensibilidad al dolor y las fluctuaciones hormonales, que pueden influir en la percepción y la experiencia del dolor. En España, se estima que alrededor del 17% de la población sufre de dolor crónico, y las mujeres constituyen una proporción significativa de este grupo en una proporción de 2/3 personas que padecen dolor son mujeres.

Factores Sociales y Culturales

Además de las diferencias biológicas, factores sociales y culturales también juegan un papel importante en la experiencia del dolor crónico en las mujeres españolas. Las expectativas de género, los roles familiares y las presiones sociales pueden contribuir al estrés crónico, que a su vez puede exacerbar el dolor.

El Impacto del Dolor Crónico en la Calidad de Vida

El dolor crónico no solo afecta la salud física de las mujeres, sino también su bienestar emocional y su calidad de vida en general. Las mujeres que viven con dolor crónico pueden experimentar dificultades para realizar actividades diarias, mantener relaciones interpersonales y participar en el trabajo o la vida social. Esta carga puede llevar a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, que a menudo se pasan por alto o se subestiman en el contexto del dolor crónico y en realidad cronifican aun más el cuadro doloroso.

Desafíos en el Diagnóstico y Tratamiento

A pesar de ofrecer correctos tratamientos y atención a todos los pacientes con dolor crónico, las mujeres tienden a minimizar el problema y consultan con mayor demora por cuadros dolorosos. De hecho, hay médicos de familia que observan con cierta regularidad el uso de fármacos como benzodiazepinas para tratar el dolor en sus fases iniciales, y esto se observa más en mujeres. Además, los tratamientos estándar pueden no ser tan efectivos en las mujeres debido a las diferencias biológicas en la respuesta al tratamiento.

Conclusiones

El dolor crónico es un desafío significativo para las mujeres en España, pero con una mayor conciencia, educación y acceso a la atención médica adecuada, se pueden tomar medidas para mejorar la calidad de vida de las mujeres que viven con esta condición. Al abordar las diferencias de género en la experiencia del dolor y proporcionar un enfoque más centrado en la mujer en el diagnóstico y tratamiento, podemos ayudar a aliviar el sufrimiento y promover el bienestar de las mujeres.

 

Dra. Patricia Magalló Zapater

Coordinadora de la Unidad de Dolor MIVI Salud Barcelona