«Pubalgia» o dolor de ingle
¿Qué es la pubalgia?
El dolor de ingle, comúnmente denominado “pubalgia”, corresponde a una etiología lesional donde el paciente sufre de dolor en la ingle o zona púbica. Sus causas son muy diversas, por lo que se hace imperativo realizar un amplio diagnóstico buscando los factores que pueden estar ocasionando la lesión.
¿Por qué puede ocurrir un dolor de ingle?
Según el consenso de expertos llevado a cabo en Doha en 2014, las causas más comunes en deportistas son tres:
- Dolor inguinal relacionado con musculatura aductora, con el iliopsoas, con el conducto inguinal y tendinopatías del pubis.
- Dolor relacionado con la cadera.
- Otro abanico de causas muy amplios donde pueden englobarse problemas ortopédicos, neurológicos, reumatológicos, urológicos, gastrointestinales, dermatológicos, oncológicos, etc.
Por ello, debido a la complejidad y múltiples factores de la lesión, es vital hacer una amplia anamnesis donde se pueda descartar otras patologías que puedan requerir de distinta intervención.
Centrándonos en el aspecto más puramente mecánico, desde mi punto de vista y sin caer en correlaciones simplistas, una de las posibles causas por la que esta lesión puede acontecer es una descompensación o maladaptación de toda la cintura pélvica, incluyendo a la musculatura glútea, abdominal, diafragma, suelo pélvico y por supuesto aductora. Además, siempre que hay dolor, la coordinación neuromotora se ve alterada, por lo que se hace necesario volver a “reprogramar” la musculatura mediante el ejercicio terapéutico.
¿Cómo tratar una pubalgia?
Por todo esto y debido a la propia idiosincrasia de la lesión, su abordaje debe ser multimodal y multifactorial, pudiendo integrar las diferentes terapias que dentro de la clínica encontramos. La clave está en integrar los beneficios que nos ofrece la terapia manual junto con las técnicas invasivas, para permitir al paciente una correcta progresión a la actividad física a través del ejercicio terapéutico.
Entre las técnicas que disponemos:
- Fisioterapia invasiva: el manejo con la neuromodulación nos permitirá regular el dolor mediante el tratamiento de los nervios que puedan estar “alterando” la señal a dichos músculos (especialmente nervios iliohipogástrico, ilioinguinal, obturador y femoral). Además, en los casos con afectación tendinosa o en roturas musculares la EPI (electrólisis percutánea intratisular) nos ofrece un plus para mejorar la calidad del tejido lesionado a través de la aplicación de una corriente galvánica.
- Osteopatía y terapia manual: nos permitirá conocer las compensaciones y desequilibrios osteoarticulares que se están produciendo en el cuerpo del paciente con el objetivo de normalizar las diferentes tensiones que puedan estar llegando a la zona inguinal.
- Ejercicio terapéutico: base indispensable para una óptima recuperación además de evitar recibidas. En la clínica nos valemos de la tecnología REDCORD o pilates máquina para poder adaptar y supervisar los ejercicios al paciente.