Nutrición

Hambre oculta: la desnutrición por comer mal

Hambre oculta: la desnutrición por comer mal

El concepto de hambre oculta se usa comúnmente para describir la situación de algunas personas que pueden tener un consumo de energía adecuado o incluso excesivo, pero las ingestas de micronutrientes (vitaminas y minerales) no son óptimas. Esto pone en riesgo de contraer enfermedades relacionadas con la nutrición y de hecho, cuando esta situación se prolonga, la ingesta inadecuada de micronutrientes e incluso de algunos macronutrientes (grasas, proteínas y carbohidratos) puede tener efectos adversos en la salud, dando lugar a enfermedades, empeorando algunas situaciones de patologías crónicas o generando un estado de salud subóptimo (sin estar enfermos no nos sentimos del todo bien).

El hambre oculta en el contexto de los países desarrollados puede ocurrir en personas con peso normal e incluso en personas con sobrepeso u obesidad. Este problema está más relacionado con el comer mal cualitativamente que con comer insuficiente, como pasa con el hambre y la desnutrición genuina por falta de energía y macronutrientes. Y, ¿qué significa comer mal cualitativamente? Significa tener una dieta pobre en nutrientes, sobre todo en vitaminas, minerales, fibras, antioxidantes, grasas saludables como las omega-3. Si nuestra dieta es monótona, incluye muchos alimentos procesados y/o no incluye gran variedad y cantidad de alimentos vegetales, podemos estar en riesgo de padecer este tipo de desnutrición o de tener niveles de vitaminas y minerales demasiado bajos para tener una salud óptima.


Como el hambre oculta a menudo no muestra síntomas físicos directos o evidentes, la situación puede pasar por alto y no siempre está bien diagnosticada o documentada. Es un estado de desnutrición que queda escondido, pues no es tan previsible como realmente es, y no se suele valorar. No se suele pensar en ello, puesto que, en principio, se da en personas que comen de todo y tienen recursos para comer suficiente. Pero con los datos que la ciencia nos aporta, quizás es momento ya de tener todo esto en cuenta.

Este problema se puede encontrar en cualquier momento durante el ciclo de vida, pero hay poblaciones más sensibles, como las personas mayores, los niños y adolescentes, los que sufren enfermedades crónicas, etc. Según expertos de la FAO y de la OMS, afecta a miles de millones de personas en todo el mundo. No parece entonces que este problema de nutrición inadecuada sea trivial o poco importante. Hay que pasar a la acción.
Aunque el problema no es fácil de identificar, pues no produce las mismas sensaciones que el hambre tradicional y a veces los métodos analíticos de los que disponemos no nos dan una foto del todo completa de lo que está sucediendo, debemos valorarlo. La falta de micronutrientes puede traer gran variedad de consecuencias y con una buena valoración dietética y nutricional podemos prever qué personas pueden estar en riesgo y cómo poner solución.

Ayudar a quien no tiene una dieta adecuada a comer sano, rico y nutricionalmente mejor:

  • mejorar la variedad y la idoneidad general de su alimentación es imprescindible
  • comer alimentos ricos nutricionalmente
  • evitar aquéllos que solo aportan calorías “vacías” a base de grasas y/o azúcares
  • comer más alimentos frescos y de temporada y menos procesados

Hay muchísimas personas que llegan a la consulta de la nutricionista con una situación de riesgo de desnutrición por hambre oculta, pues al valorar sus dietas es más que evidente que la riqueza nutricional brilla por su ausencia.

Muchas personas sufren dolor crónico, toman mucha medicación y comen mal porque su situación no les da energía para más y la relación entre dieta y dolor es compleja. Estas personas sufren muchas veces sobrepeso importante e incluso obesidad, y sienten que engordan por respirar.

El metabolismo también funciona mal cuando faltan vitaminas, minerales y otros nutrientes importantísimos como los omega-3. Aprender a comer bien, variado y enriquecer la dieta es básico para ellas y la mejor siempre se hace evidente. También muchos niños y adolescentes están en esta situación, desnutridos ¡en estos tiempos!

Todo porque se alimentan a base de procesados, refrescos, etc., y no toman fruta, verdura, frutos secos o pescado azul, entre otros. No es un problema menor, es principal, los fundamentos de nuestra salud están en una buena alimentación que nos aporte todos los nutrientes necesarios para un buen funcionamiento del organismo.

Por eso y mucho más, comer bien y disfrutar comiendo sano es tan importante. Los profesionales de la nutrición podemos contribuir enormemente a esa mejora de la salud.