La «respuesta de relajación» como beneficio para la salud.
En los años 70 Herbert Benson y sus colegas de la facultad de medicina de Harvard describieron la “respuesta de relajación” como una intervención cuerpo – mente que compensa los efectos fisiológicos causados por el estrés. Se puede entender como un estado físico de profunda calma, completamente opuesto a la respuesta de estrés. Sus estudios indican que disponemos de instrucciones para provocar ese reflejo de tranquilidad y además que contamos con la capacidad de poder entrenarnos para lograrla, al tratarse de una respuesta natural del cuerpo.
Descansar luego de un día agotador en el sofá, leer un libro, escuchar música o dormir no implica que ponga en marcha la respuesta de relajación. Esta actividad puede ayudar, pero no permite eliminar por completo la activación producida por el estrés. No es lo mismo realizar actividades relajantes que activar la respuesta de relajación. Se requiere entrenamiento y práctica para poder activarla porque no es automática.
Si tienes dolor crónico, dificultades para dormir, ansiedad, fatiga, enfermedades autoinmunes, dolor de cabeza, enfermedades por estrés, entre otras, puedes beneficiarte de su práctica.
La práctica regular de técnicas que activen la respuesta de relajación dificulta que el sistema nervioso simpático se altere cuando interpretamos que alguna situación nos pone en alerta o bien por factores externos. Como consecuencia, se produce un descenso de la presión sanguínea, de la frecuencia cardíaca y respiratoria y, al mantener nuestro cuerpo con una menor activación, se disminuye el riesgo de contraer enfermedades de tipo psicofisiológicas y psicológicas. Además, puede aumentar la capacidad para afrontar las situaciones difíciles de la vida diaria.
Una variedad de enfoques provocan la respuesta de relajación, entre los que se puede destacar: diversas formas de meditación (como la atención plena o el mindfulness), la relajación muscular progresiva, el Biofeedback, ejercicios de respiración, la imaginación guiada, hipnosis, visualización.
¿Cómo se activa la respuesta de relajación?
A continuación se propone una técnica sencilla:
- Adopte una postura cómoda en un lugar silencioso y cierre sus ojos o bien dirija su mirada hacia un punto fijo.
- Concéntrese en su respiración (verificando que al inspirar abulta su abdomen) imagine que tiene un globo en su abdomen, al inspirar se llena de aire y al espirar se desinfla. Respire de forma tranquila, suave.
- Disminuya progresivamente la tensión de su cuerpo, de pies a cabeza.
- Centre su mente en repetir una frase corta o palabra cada vez que espire (puede contar “uno” al inspirar y “dos” al espirar o si prefiere decir una palabra que le reconforte como “relax”, “paz”). Mantenga esa palabra, no la cambie.
- Cuando sus pensamientos o su dolor le distraigan, reconduzca poco a poco su mente hasta la frase o palabra para concentrarse.
- Al finalizar, abra sus ojos y cambie de posición poco a poco hasta levantarse.
- Practique diariamente entre 5 a 20 minutos. Convierta los ejercicios de respiración consciente en una parte de su rutina diaria. Y en momentos difíciles o desagradables, los retos podrán suavizarse al concentrarse en su respiración.
Eventos de la vida diaria constantemente nos activan y si no disponemos de medios para afrontarlos adecuadamente, la tensión se mantendrá, pudiendo ocasionar lesiones en nuestro cuerpo.
Inicia tu entrenamiento y con constancia progresivamente podrás lograr los beneficios que representa la activación de la respuesta de relajación.