Reflexiones en el Día Mundial contra el Dolor: Disparidades de sexo y género en el dolor
El 17 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Dolor, y este año, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) se centra en la disparidad de sexo y género en la experiencia del dolor. Desde 2004, la IASP ha promovido la idea de que “el alivio del dolor debe ser un derecho humano”, buscando sensibilizar a gobiernos y organizaciones sobre la importancia de la investigación y el tratamiento del dolor a nivel global.
Con ello, se busca difundir información sobre cómo estas diferencias afectan no solo la percepción del dolor, sino también las causas biológicas, psicológicas y socioculturales detrás de ellas. Además, es vital abordar los desafíos que presenta integrar estas perspectivas en el diagnóstico y tratamiento del dolor.
¿Qué son los Sesgos de Sexo y Género?
Son prejuicios que pueden influir en la atención médica, favoreciendo a ciertos grupos según su sexo o identidad de género. En muchas culturas patriarcales, estos sesgos tienden a beneficiar a los hombres, mientras que las mujeres y las personas no binarias a menudo son discriminadas. Estos sesgos afectan tanto el dolor agudo (de corta duración) como el crónico (que dura más de tres meses), y su impacto puede ser profundo en la salud y el bienestar de los pacientes.
Es esencial mejorar la formación de los profesionales de la salud en este tema y desarrollar directrices clínicas que reconozcan y aborden estas diferencias.
Impacto del Dolor Crónico
Según el Barómetro del Dolor Crónico en España 2022 publicado por la Fundación Grünenthal y el Observatorio del Dolor de la Universidad de Cádiz, cerca de 9 millones de personas en España, el 25,9% de ela población, sufren dolor crónico. De las cuales, la población más afecta, son las personas entre 55 y 75 años y las mujeres presentan una mayor prevalencia de la enfermedad (30,5%) respecto a los hombres (21,3%).
El dolor crónico puede afectar drásticamente la vida diaria de las personas. Algunas de las consecuencias incluyen:
- Falta de autonomía: Actividades cotidianas como levantarse o vestirse pueden convertirse en un desafío. Alrededor del 10,7% de los pacientes necesita ayuda para estas tareas.
- Depresión y ansiedad: Entre el 22% y el 27,6% de los pacientes con dolor crónico experimentan problemas de salud mental.
- Limitaciones laborales: El dolor puede dificultar la capacidad de trabajar, generando problemas económicos.
- Problemas de movilidad: Es fundamental crear planes de atención personalizados que respondan a las necesidades individuales de cada paciente.
- Aislamiento social: El dolor constante puede llevar a los pacientes a evitar interacciones sociales con amigos y familiares.
Estrategias para su abordaje
El primer punto y fundamental es conocer la existencia de este sesgo de género a la hora de diagnosticar y tratar el dolor y para ello es fundamental un abordaje multidisciplinar.
El Papel de la Enfermería
El papel de la enfermería en el manejo del dolor es fundamental, ya que estas profesionales son el punto de contacto más cercano para los pacientes y juegan un papel crucial en la evaluación, tratamiento y seguimiento del dolor. Actúan como puente entre los pacientes, sus familias y el equipo médico, por lo que es imprescindible contar con personal de enfermería especializado en el tratamiento del dolor. Sin embargo, las diferencias entre sexo y género en la experiencia del dolor resaltan la necesidad de una formación específica en este ámbito.
Debemos estar capacitados para reconocer cómo el dolor puede variar entre diferentes géneros y sexos, así como para aplicar estrategias de tratamiento que consideren estas diferencias. Esto no solo mejora la calidad de atención que brindamos, sino que también ayuda a abordar los sesgos que pueden influir en la atención sanitaria, garantizando que todos los pacientes reciban cuidados equitativos y efectivos, independientemente de su género. En este sentido, la formación continuada en temas de sexo y género se convierte en una herramienta esencial para empoderar a la enfermería y optimizar el manejo del dolor en la práctica clínica.
Esto lo vemos reflejado de una manera muy directa cuando tratamos con personas que sufren de Dolor pélvico, en la que la empatía, la cercanía, el respeto y el tener una formación específica para abordar este tipo de situaciones, son fundamentales para poder ofrecer una atención de calidad.
Nuestras unidades de dolor, aunque se centran principalmente en el dolor crónico, también tratan el dolor agudo. Al diseñar nuestras unidades, es importante asegurarnos de que están equipadas no solo con la mejor tecnología, sino también con un ambiente acogedor que priorice el bienestar del paciente.
Conclusión
La conmemoración del Día Mundial contra el Dolor nos recuerda la importancia de reconocer y abordar las disparidades de sexo y género en la atención del dolor. Promover una comprensión más profunda de estos temas es esencial para ofrecer un tratamiento equitativo y efectivo a todos los pacientes.
Por Oscar Natoli
Director de Enfermería MIVI Salud